¿Esfuerzo?

Desde chicos nos dicen que, si nos esforzamos, estudiamos mucho y trabajamos duro, tendremos éxito.

También hemos crecido con el orgullo colectivo que el peruano es bien “chamba” y se esfuerza al máximo en todo lo que hace.

Y no es casualidad que el Sr. Vizcarra utilice la palabra “esfuerzo” hasta el hartazgo en sus aburridas declaraciones por televisión.

¿Esfuerzo?   El esfuerzo está totalmente sobrevalorado.

Si desde chicos nos dijeran que el éxito consiste en alcanzar nuestra libertad, enfocarnos inteligentemente en nuestros dones y ponerlos al servicio de los demás, a poner el dinero a trabajar para nosotros, y no al revés. Seríamos otro país.

Y si, el peruano es trabajador, pero ¿de qué sirve serlo si hace mucho, pero produce tan poco?

El Perú es uno de los países más improductivos del mundo, pero seguimos diciendo que somos muy trabajadores. La productividad requiere innovación, tecnología y previamente mucha, pero mucha educación de calidad. La productividad implica dedicarse a lo que genera valor de verdad.

El esfuerzo no solo está sobrevalorado, sino que es muy peligroso. Te da la sensación de que la cosa no está mal, que estás avanzando cuando en realidad podrías estar hundido en la mediocridad.  El esfuerzo es la excusa de los mediocres cuando no obtienen resultados.

El esfuerzo solo sirve si viene acompañado de una dosis de cerebro para planificar y de un poco de resolución para ejecutar. Sino mejor no te esfuerces.

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